Durante los primeros días, tu bebé no conoce a su cuerpo.
En esta etapa, tu bebé ve un poco borroso. Los bebés nacen cortos de vista (con cierto grado de miopía) y pueden ver mejor las cosas cuando están a una distancia de 20 a 25 centímetros (50 a 60 pulgadas), así que puede ver tu rostro claramente sólo cuando está cerca.
¡Los estudios muestran que los recién nacidos prefieren los rostros humanos a todos los demás patrones o colores!
En segundo lugar están los objetos de alto contraste, como los tableros de ajedrez. Le gusta que acaparen su atención con juguetes que tengan luces y sonidos, ya que le relaja y le divierte. Cuida que los sonidos no sean muy estruendosos, ya que podrían asustarlo. Si se inquieta, intenta tranquilizarle hablándole con cariño y dándole muchos cariños. Es necesario que el niño sienta afecto y protección, pues esto le dará la seguridad que ya tenía en el interior del útero de la madre. El sentido más potente que poseen los bebés es el olfato. Con este son capaces de reconocer a mamá. El sentido del olfato en el bebé y el del gusto están íntimamente ligados ¡desde antes del nacimiento! Y es que el feto, a partir del cuarto mes de gestación, capta mediante el gusto los “olores” del líquido amniótico, que dependen de lo que coma la madre.