En el arte de decorar la habitación delgada bebé entran en juego nuestros sentidos de la belleza y de la funcionalidad.
Decorar la habitación del bebé
El orden con que se disponga la habitación donde el bebé pasará sus primeros años es fundamental. Aunque lo parezca, no es fácil ordenar todo lo necesario para hacer lo más confortable posible su estancia.
La habitación del nuevo integrante de la familia debe tener diferentes características para asegurarnos de proporcionarle la comodidad y seguridad que necesitará durante sus primeros años de vida.
Debemos tomar en cuenta que las necesidades irán cambiando de acuerdo a su crecimiento, sin embargo, siempre es necesario considerar que será un espacio en el que el bebé pasará una gran parte de su tiempo. La tarea de buscar el equilibrio entre belleza y funcionalidad requiere al mismo tiempo sentido práctico y artístico, buen gusto para combinar con sabiduría la parte y el conjunto.
El primer problema ante todo es conceptual. Con la llegada del nuevo integrante de la familia las funciones del mobiliario, los horarios de los habitantes y la decoración en general se redefinen.
La elección de una cuna de pronto se vuelve una necesidad de primer orden. ¿Cuál es la mejor de acuerdo a los espacios de la vivienda? ¿Dónde estará y por cuánto tiempo? ¿Hay coherencia entre el diseño de esta y los demás elementos? ¿Cuál es la que se adapta a las necesidades del bebé?
Dependiendo de si es el primer, segundo, tercer, cuarto bebé… y también de si el mobiliario contribuye al desarrollo de autonomía y a un sentido del orden en el bebé, los padres optan por decoración minimalista (lo estrictamente necesario) o barroca (llena de juguetes, adornos y detalles).
Una estancia funcional para los primeros años de vida, tal como lo observó la influyente pedagoga María Montessori, se caracteriza por proveer un ambiente ordenado y sencillo, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo infantil.
Además de la elección de una temática en la decoración, hay que facilitar la ventilación y el nivel de luz. Lo más conveniente es crear un ambiente fresco durante la primavera y el verano, y cálido durante el otoño e invierno.
Como los colores tienen un impacto directo sobre nuestras emociones, la elección de los mismos debe ser de gamas suaves y transmitir serenidad. Para los primeros años son preferibles los colores neutros que transmitan serenidad como el beige, el gris claro, blanco o cualquier tono suave.
Después de los dos años podemos aportar notas de colores más vivos para estimular su creatividad. Edredones, cojines, alfombras y cortinas crearán la atmósfera que tú deseas, sin embargo, recuerda que por seguridad debes evitar que la cuna tenga demasiados elementos para evitar que el bebé pueda asfixiarse con ellos. Además, la limpieza regular de estos elementos es indispensable para evitar la acumulación de polvo.
Para decorar las paredes, es recomendable usar pintura base agua, no tóxica, o en caso de usar un papel tapiz, que sea lavable. Una vez listas las paredes se podrán agregar elementos como cuadros decorativos con el tema elegido y repisas.
En resumen, en ese espacio que será su mundo, la prioridad la tendrá tanto el confort como las necesidades del bebé. Sí así lo prefieres, opta por consultar toda nuestra gama de diseños, mobiliario y detalles que, no cabe duda, te darán una idea más precisa para la decoración que buscas. Y recuerda, el arte con que dispongas todo es para que tú y tu bebé convivan confortablemente.
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DECEN Muebles Infantiles
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